Ya compraste el boleto de avión, tienes la mochila o maleta lista con tu ropa favorita, sacaste pasaporte por primera vez, tienes copias de todos los documentos que te podrían pedir en policía internacional, compraste un seguro de viajes (siempre recomendado aunque sea un poco caro), la reserva del hostal para tus primeros días, la copia de tu pasaje de regreso, incluso pediste un poco de plata para aumentar el saldo de la cuenta del banco, es decir, tienes todo y más para pasar corriendo por la puerta del aeropuerto, pero aún así tienes miedo de pasar por policía internacional, que te rechacen la entrada a Europa y no poder vivir ese viaje que con tanto cariño planificaste y esperaste por años.
Algo de esto es lo que sienten muchos viajeros cuando llega el esperado momento de cruzar fronteras en Europa. Te lo digo de primera fuente, ya que viví esta situación cuando crucé el charco para iniciar mi primer viaje por Europa hace algunos años atrás.
Quédate para conocer más detalles de esta historia de fronteras, tal vez se parece a alguna que has experimentado en tus viajes.
Cruzar la frontera de Europa por primera vez
Tenía todo lo que necesitaba para pasar sin problemas policia internacional, pero aun así tenía temor al encuentro con el oficial de inmigración. Además, el aeropuerto que elegí para la entrada al viejo continente fue el Aeropuerto de Barajas de Madrid, el cual tiene fama de ser bastante estricto con los controles para los extranjeros que llegan a España. Lo elegí, ya que si llegaban a preguntarme algo podía responder facilmente en español. No me imaginaba respondiendo preguntas en un aeropuerto de Francia o Alemania con el nulo conocimiento de inglés que tenía en ese momento.
Tenía miedo a que me preguntara cosas y no poder responder o no responder con la rapidez y claridad que el oficial de turno podría esperar. Incluso me afeité para estar lo más parecido posible a la foto del pasaporte. Pero era un miedo absolutamente innecesario, ya que tenía todo en regla. Era mi primer viaje a Europa y tenia temor a quedarme en la puerta sin poder viajar como quería.
Cuando llegó el momento de pasar por policia internacional todos los miedos quedaron atrás. Me presenté con confianza y con una gran sonrisa saludé al oficial mientras le entregaba mi pasaporte. El oficial lo miró, lo timbró y me lo devolvió sin preguntar nada. El proceso fue muy rápido y expedito.
Con el pasaporte en mano no pude evitar mirar varias veces el nuevo timbre de mi pasaporte con una gran sonrisa y una satisfacción enorme por estar iniciando mi viaje. Era el primer sello de Europa que conseguía.
Ese fue el comienzo de un viaje de 4 años por Europa, tiempo en el que crucé muchas fronteras y de varias formas: crucé fronteras en bus, avión, a dedo y hasta caminando.
No lo voy a negar, siempre las crucé con algo de temor por lo que podía pasar.
Por qué da miedo cruzar fronteras o pasar por policía internacional
El principal miedo es el que te digan que no puedes pasar, que la entrada ha sido rechazado y que tienes que devolverte por donde viniste o de regreso a tu país.
Es un miedo a perder todo el dinero invertido en el viaje (pasajes, reservas de hostales, seguro, etc), a que el oficial de inmigración que nos toque ande de mal humor y por capricho nos deje afuera, le tememos a tener problemas gratuitos con policia internacional (los que andan en cosas malas siempre tienen miedo y claro que si deberían quedarse afuera) o a gastar más dinero del presupuestado por olvidar algo.
Y por sobre todo tememos a no poder realizar ese viaje que tanto soñamos.
Yo renuncié al trabajo en el que llevaba varios años en un buen puesto y vendí todas las cosas de mi departamento. Tenía pavor a quedarme en la frontera, en la puerta de policía internacional, y no poder realizar el viaje por el que había dejado todo.
También hay un poco de temor cuando no se tienen todas las cosas que hay que presentar o que podrían solicitar en el control como la reserva de alojamiento o el pasaje de salida. Muchas personas deciden viajar sin comprar el pasaje de salida, sin seguro de viajes o sin reservas confirmadas, cosas que un oficial bueno para las preguntas podría solicitar. No quiero causar pánico, ya que en la mayoría de los casos no piden nada de eso y es muy raro que lo soliciten, pero puede pasar y capaz que te toque ser parte de ese pequeño porcentaje al que le preguntan estas cosas que uno no quiere que le pregunten.
Lo importante es siempre tener la confianza de que tenemos todo en regla y presentarse con seguridad al momento del control de nuestro pasaporte, con buena actitud y una gran sonrisa. El resto dependerá del oficial de turno.

Cruzar fronteras en Europa: experiencias de viaje
Como ya has podido ver en el blog he tenido la oportunidad de viajar por casi toda Europa ys, en parte de Europa se ha suprimido el control fronterizo.
Este espacio libre de fronteras se llama Espacio Schengen y reúne a 29 países de Europa dentro de los cuales no hay que mostrar el pasaporte. Solo hay control cuando se viaja de un país que no pertenece a esta zona o de otro continente como en el caso de los que venimos de sudamérica. Soy de Chile por si no lo sabías.
Sin embargo, eso de que no hay controles en la práctica no es tan real, ya que hay fronteras en las que hay un control, pero selectivo. No se controla a todos. Ahora te cuento alguna de estas experiencias.
Cuando viajé en bus de Alemania a Suiza, antes de cruzar a este último país, un oficial se subió al bus y comenzó a solicitar el pasaporte o identificación a los pasajeros del bus. Casualmente se quedó más tiempo con los pasaportes e identificaciones de aquellos que, a simple vista, no eramos de ahí. A mí me pidieron el pasaporte y me preguntaron donde iba. «A Zurich», respondí con confianza. El oficial comenzó a revisar el pasaporte y cuando vio la visa working holiday para vivir en Alemania que había conseguido la semana anterior, me lo devolvió sin más preguntas. Otras personas del bus tuvieron que esperar más tiempo, ya que los oficiales se llevaron sus pasaportes para revisarlos en el sistema. Después de 20 minutos el bus siguió el viaje con todos los pasajeros.
Otra experiencia similar al interior de los países Schengen fue cuando viajé de Alemania a Dinamarca. En esa oportunidad solo me pidieron el pasaporte en el lado danés, pero no me hicieron preguntas.
Donde fueron más incisivos fue en el viaje de Gotemburgo (Suecia ) a Oslo (Noruega). Era un viaje nocturno y en el lado noruego en la mitad de la noche se subieron oficiales a pedir documentos. Yo iba durmiendo así que cuando encendieron las luces del bus no entendía nada. Cuando el oficial se acercó a mi asiento y preguntó por mi pasaporte pensé que solo eso bastaba, pero no era el caso. Luego de revisar mi pasaporte preguntó cuántos días iba a estar en Noruega, donde iba a ir y si tenía dinero para viajar. Respondí todas las preguntas y además le comenté que estaba de vacaciones, ya que vivía en Alemania gracias a una visa working holiday que todavía estaba vigente. Nada de eso le importó mucho y siguió preguntando si tenía dinero. Le mostré el efectivo que tenía y las tarjetas, débito y crédito, que llevaba conmigo. Las tomó y revisó que el nombre de mi pasaporte coincidiera con el nombre en las tarjetas. Cuando quedo satisfecho y no pudo seguir preguntando cosas me devolvió todo. Tenía todo en regla así que no me preocupé por lo que estaba preguntando, pero como estaba medio dormido seguro que me vió un poco dubitativo o lento con las respuestas.
Te cuento estas experiencias para que tengas presente que a pesar de estar viajando entre los países de la zona Schengen es probable que al cruzar algunas fronteras es probable que te pidan el pasaporte y hagan otras preguntas relacionadas con tu viaje. No es muy común, pero podría pasar y tienes que saber como reaccionar para no tener mayores inconvenientes.
Además de las que ya te mencioné, crucé otras fronteras de Europa durante el viaje que te detallo a continuación con algunas de las experiencias que viví.
Cruzando fronteras en avión
Frontera entre Rusia y Alemania
El paso por policia fue muy expedito, pero casi pierdo el vuelo por retrasarme con el pago del sobrepeso de mi mochila. Las chicas del counter no hablaban mucho inglés y cuando notaron que mi mochila iba con sobrepeso no se complicaron, me dijeron que esperara y siguieron con el check in de los otros pasajeros. Yo quería pagar para subir luego al avión, pero no lo entendieron y me pidieron que esperara a un costado. Finalmente llegó el supervisor que hablaba más inglés, entendió la situación, aceleró el proceso de pago y ayudó con el check in para tomar el vuelo. Pasé policía internacional casi corriendo, ya que era el único pasajero que faltaba para despegar.
Al llegar a Alemania no tuve problemas, ya que tenía visa vigente y solo tuve que mostrar el pasaporte.
El viaje fue de Moscú a Colonia.
Frontera entre Alemania y Turquía
Pasé solo con el pasaporte. Este viaje fue de Colonia a Estambul.
Frontera entre Grecia y Alemania
Pasé solo con pasaporte en el viaje de Corfu a Colonia.
Frontera entre Croacia y Alemania
Solo mostré el pasaporte para volar de Zadar a Munich.
Frontera entre España y Chile
Este fue el viaje de regreso a Chile en plena pandemia. Tuve suerte de encontrar vuelo para volver, ya que era muy difícil viajar y estar en Europa en ese momento debido a que la pandemia estaba descontrolada y estaban cerrando las fronteras, restringiendo el libre tránsito y no se podía estar en la calle.
En el aeropuerto en Chile tuve que usar mascarilla y me tomaron la temperatura, además tuve que hacer cuarentena de dos semanas por venir de España. No fue el regreso que esperaba después de estar 4 años fuera del país, pero la situación estaba complicada en todos lados.
Este viaje fue entre Barcelona, Madrid y Santiago.

Cruzando fronteras en bus
Frontera entre Rusia y Ucrania
Tal vez la frontera más picante que crucé hasta ahora. Otro bus nocturno que paró en la frontera como a las 2 de la mañana. En el lado ucraniano antes de cruzar se subieron soldados armados para revisar el bus y ver los pasaportes. Luego de timbrar la salida tuvimos que bajar todas las cosas del bus para que en el lado ruso lo revisaran por completo. En el caso de los pasajeros tuvimos que pasar nuestras maletas por un escaner como si estuvieramos en el aeropuerto. Yo me quedé al final de la fila, ya que como era el único pasajero no ruso o ucraniano era muy probable que me preguntaran cosas, y eso fue exactamente lo que pasó. Al mirar mi pasaporte el oficial comenzó a chequearlo en el sistema. Después de unos minutos llamó a un oficial con el que se puso a ver el computador sin decir una sola palabra. En realidad si hubiesen dicho algo en ruso tampoco hubiera entendido. Mientras estaban en eso, del otro lado ya en Rusia con todo aprobado, los pasajeros del bus me miraban con un poco de impaciencia. Era el único que faltaba por pasar.
Luego de conversar algo en ruso me preguntaron por la Copa Confederaciones y si es que tenía entradas. Saqué la copia de la entrada que había comprado y se las mostré. Esto fue en 2017 y Chile jugaba la Copa Confederaciones en Rusia y todos aquellos que tenían entradas podían estar en Rusia por el tiempo de la copa sin necesidad de visa. Con el pasaporte chileno no requería visa de turista, pero ellos igual me preguntaron por la entrada. Después el oficial de mayor alto rango se puso a hablar por telefono con alguien. No entendía nada, pero me tranquilicé un poco, ya que el oficial que estaba de turno comenzó a guiñar el ojo como diciendo que estaba todo bien. Al final, cuando me devolvió el pasaporte timbrado, el oficial se despidió con un «vamos Chile» en un español con tintes rusos que me devolvió la sonrisa después de minutos de preocupación. Se notaba que le gustaba el fútbol y que estaba al tanto de la copa.
Cuando me uní al resto de los pasajeros varios de ellos sonrieron con una mirada cómplice como diciendo «lo lograste». Fui una experiencia que nunca olvidaré.
Este viaje fue de Kiev a Moscú.
Frontera entre Eslovenia y Croacia
Crucé solo con el pasaporte para viajar de Liubliana a Zagreb.
Frontera entre Bosnia y Herzegovina, Croacia y Hungría
Este fue viaje fue de Sarajevo a Budapest, pero en el camino había que cruzar por Croacia. Fue un viaje nocturno por el que pagué el pasaje más barato hasta ahora: solo 50 centavos de euro por un viaje de más de 10 horas con la empresa Flixbus.
Viajé con pasaporte nuevo, por lo cual en el control croata me hicieron preguntas por el pasaporte antiguo que había entregado en la frontera croata al momento de cruzar a Montenegro, debido a que en la embajada Chilena de Zagreb en vez de darlo de baja lo dieron como perdido, por lo cual aparecía en el sistema como inhabilitado y que lo estaban buscando. De esa situación tenía un documento que me habían dado con el detalle de lo que había ocurrido, todo en croata, que llevaba conmigo en caso de necesitarlo. Por suerte después de unos minutos explicando la situación me timbraron el pasaporte y me dejaron continuar con el viaje. Otra vez fui el último en subir al bus.
Frontera entre Moldavia, Transnistria y Ucrania
Otra frontera compleja para cruzar. Para resumir, te cuento que Transnistria es un estado separatista pro ruso ubicado entre Moldavia y Ucrania, por lo cual cruzar esa franja de territorio no es el típico paso fronterizo que puedes encontrar en otros países. Puedes ver más de esa experiencia en la entrada que escribí acerca de Transnistria, el país que no existe.
El viaje fue de Chisinau a Tiraspol y de Tiraspol a Odesa.

Cruzando fronteras en barco
Frontera entre España y Marruecos
Crucé el Estrecho de Gibraltar en barco desde España para visitar Marruecos. Todo fue expedito y solo me pidieron el pasaporte.
El viaje fue de Tarifa a Tanger.
Cruzando fronteras a dedo en Europa
Frontera entre Croacia y Montenegro
Esta frontera la crucé varias veces en auto con personas que me recogieron mientras hacia dedo. También la crucé caminando cuando iba de Montenegro a Croacia y hasta dormí en el lado croata, debido a que se me hizo tarde para continuar haciendo dedo.
Solo tuve problemas cuando crucé con el pasaporte nuevo que había renovado en Zagreb, ya que el antiguo que también tenía conmigo fue dado por perdido. Esto causó que saltará la luz roja al momento de querer salir de Croacia a Montenegro por el paso que está al sur de Dubrovnik. Fue una situación complicada, ya que iba con una chica que gentilmente había parado para llevarme hasta Kotor. La chica se puso nerviosa cuando nos tuvimos que orillar, ya que no nos dejaron pasar. Me preguntó que pasaba con mi pasaporte, pero yo tampoco entendía nada hasta ese minuto. Seguro pensó que estaba viajando con un delincuente o algo peor.
Después de unos minutos de espera se acercó a nosotros el jefe de turno de la policía de la frontera para informarme que mi pasaporte antiguo había sido informado como perdido y que estaba siendo buscado por la Interpol. Cuando me contó esto comencé a explicarle que había renovado el pasaporte en la embajada de Chile en Zagreb, ya que estaba por vencer y que no lo había dado por perdido y que por lo mismo tenía ambos conmigo. Cuando terminamos de converar dijo que podía seguir el viaje, pero que tenía que dejar el pasaporte antiguo por protocolos de la policía. No lo quería dejar, ya que era mi primer pasaporte y lo quería concervar como recuerdo, pero no hubo caso, lo tenía que dejar. No quise seguir insistiendo para no hacer esperar más tiempo a la chica que me estaba ayudando a llegar a destino. Ella después de la respuesta del oficial quedó más tranquila, ya que el problema era administrativo y no delictual. Al final me dieron un reporte en croata de lo sucedido y me timbraron el pasaporte para continuar el viaje. Todavía tengo esa hoja guardada como recuerdo aunque no entiendo nada de lo que dice.
Frontera entre Montenegro y Albania
La crucé a dedo hacia Albania un par de veces con conductores albaneses que pararon en lado montenegrino e iban de regreso a Shkoder, la ciudad más importante del norte de Albania.
También crucé de Albania a Montenegro caminando después de que una pareja de albaneses me llevará hasta la frontera. Fueron muy buena onda, ya que me invitaron a comer pizza antes de seguir con mi viaje.
Frontera entre Macedonia del Norte y Bulgaria
Esta frontera la crucé caminando, pero con la ayuda de un camionero de Kosovo que había parado unos kilómetros antes con destino a Sofia, ciudad la que también era mi destino.
La crucé caminando, ya que el camionero no podía cruzar conmigo, por lo cual me dejó unos metros antes de llegar al control. Él siguió su camino, pero dijo que me esperaría del otro lado. Me bajé con un poco de temor a que el camionero se fuera sin esperarme, pero no tenía otra opción.
Ya era tarde así que era uno de los pocas personas que estaba cruzando y el único que estaba caminando. El timbre lo conseguí rápido, pero cuando iba pasando por el lado de la aduana me pararon para revisar la mochila. Cuando vieron que tenía puras bolsas de ropa sucia me dejaron seguir el viaje.
Para mi tranquilidad, fuera del centro fronterizo, estaba el camionero esperando por mí. Me subí, le agradecí por esperar y seguimos el viaje hasta Sofia, capital de Bulgaria.
Frontera entre Bulgaria y Rumania
Un par de autos bastaron para llegar de Veliko Tarnovo (Bulgaria) a la frontera con Rumania. Ya en la frontera tuve que preguntar a los autos que estaban cruzando a Rumania si podían llevarme. Para mi suerte a los pocos minutos un chico que iba con dirección a Bucarest accedió a llevarme y ayudarme a cruzar la frontera. En el control solo tuve que mostrar el pasaporte para seguir el viaje.

Frontera entre Rumania y Serbia
Llegué a la frontera con la ayuda de un grupo de personas que me dejó en el estacionamiento del paso fronterizo cuando hice dedo desde la ciudad de Timisoara. Luego crucé la frontera entre Rumania y Serbia caminando ante la mirada curiosa y sorprendida de los oficiales del control de ambos países. Creo que era la primera vez que veían a alguien de Chile cruzar por esta aislada frontera. Fue una gran experiencia que terminó con final feliz, ya que pude llegar a dedo a Novi Sad, ciudad de Serbia, ese mismo día por la tarde.
Frontera entre Serbia y Bosnia y Herzegovina
Al igual que la experiencia anterior, la frontera entre Serbia y Bosnia y Herzegovina también la crucé caminando, pero esta vez el viaje a dedo no fue como esperaba y tuve que pasar una noche durmiendo en la estación de buses de la ciudad junto al paso fronterizo.
Al día siguiente crucé el puente sobre el río que divide ambos países para comenzar una nueva visita a Bosnia. En esta oportunidad no fue tan fácil, ya que me me llevaron a una oficina para revisar mi mochila y hacer un par de preguntas más. El interrogatorio no duró más de 5 minutos. Salí de la oficina con el pasaporte timbrado y con muchas ganas de seguir el viaje hasta Sarajevo, el destino del día.
Frontera entre Bosnia y Herzegovina y Montenegro
Una señora muy amable me ayudó a cruzar la frontera entre Bosnia y Montenegro en mi viaje a dedo de Trebinje a Kotor. Me salvó de pasar la noche junto a una iglesia al parar y recogerme mientras regresaba a casa después de visitar a un amigo en Bosnia.
En la frontera solo tuve que mostrar el pasaporte para pasar. Ni siquiera me bajé del auto.
Cruzar fronteras en Europa es siempre un momento especial, sobre todo cuando es la primera vez que se viaja a este continente, ya que marca el inicio del viaje y de una nueva aventura. Pero también es un momento de incertidumbre y temor por lo que pueda pasar cuando entregamos nuestro pasaporte para el control.
En estos casos lo importante es siempre mostrar confianza y seguridad con lo que se responde para evitar situaciones incómodas y, por cierto, tener todo en regla.
Espero que estas historias de viaje te sirvan para preparar tu próximo aventura por Europa o hayan despertado en tu memoria alguna historia parecida que hayas vivido en alguno de tus viajes. Por favor déjame un comentario o un mensaje en instagram con alguna de esas inolvidables experiencias viajeras.
Nos vemos en la ruta.
Patricio | En Modo Viajero

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