Cruzando la frontera entre Rumanía y Serbia a dedo

Después de 4 días en Timisoara (Rumanía), emprendí un nuevo viaje haciendo autostop por Europa.

Para ser honesto, me hubiera quedado feliz un par de días más en Timisoara, pero estaba muy lluvioso y el pronóstico no era muy alentador. Por eso, decidí adelantar el viaje a un nuevo destino: Novi Sad en Serbia.

Sería mi primera vez en Serbia, era el único país de los “Ex Yu” (ex Yugoslavia) que no había visitado e ir desde Timisoara no significaba un viaje tan largo. Al menos hasta la frontera.

Este viaje a dedo tenía otro elemento interesante a destacar, uno que siempre me pone nervioso: los cruces fronterizos.

No tenía muy claro como lo iba a hacer, si en auto o caminando, ni tampoco como sería el trato de los oficiales. Las fronteras siempre son todo un misterio. Son como el clima y el trato de sus funcionarios puede variar mucho en la experiencia final. Estaba un poco nervioso por lo que podría suceder.

Con todo eso en mente comencé el viaje haciendo dedo entre Rumanía y Serbia. Acá te cuento todo lo que paso.

Viaje a dedo entre Rumanía y Serbia: Saliendo de Timisoara


Me levanté temprano para comprar los dos últimos “Covrigi” y tomar desayuno. Había un sol radiante, panorama muy distinto a los fríos y lluviosos días previos. Hasta me dieron ganas de quedarme, pero me acordé que el pronóstico decia que volvería a llover. No tenía sentido quedarme.

Después del desayuno y revisar los últimos detalles, comencé a caminar hacia la carretera que iba hacia la frontera. Fueron cerca de 40 minutos que tuve que caminar para encontrar un lugar alejado de la zona urbana, con espacio y con buen tráfico de autos.

Una vez instalado con las mochilas, comencé a hacer dedo y a esperar. La paciencia es una de las cualidades que he desarrollado al máximo haciendo dedo. Si tienes problemas con esperar no la pasarás bien si te animas a hacer autostop.

Autostop timisoara novi sad
Comienzo del viaje.

Fueron cerca de 40 minutos sin que nadie parara. Durante ese tiempo el clima comenzó a cambiar. Se nublo, cayeron unas gotas y el viento empezó a soplar más fuerte. Al parecer la lluvia aparecería antes de lo previsto.

Mientras reflexionaba sobre el clima, paró un camión unos metros delante de mí. Cuando el chofer sacó la mano por la ventana haciendo una seña para que me acercara tomé las mochilas al vuelo y corrí hacia el camión.

Una vez sentado en la cabina me dice que va hasta Cărpiniș, a 20 km de distancia de la frontera. Le digo que está bien y que iría con él hasta ahí. Hablamos un poco más en inglés y luego me dice que también habla español, ya que ha vivido en España varios años. Después de esa revelación nos fuimos conversando de su vida en España y de su vida actual en Rumanía. Me confiesa que está mucho mejor acá, ya que gana lo mismo que en España y además tiene a su familia y amigos cerca. No tiene pensado emigrar nuevamente.

haciendo Autostop de Rumanía Serbia
Mis últimos paisajes de Rumanía.

El viaje fue rápido. Me bajé en un cruce donde me sugirió tomar uno de los taxis que estaban parados en una esquina y que iban hasta la frontera. Le agradecí la sugerencia, pero seguí caminando para buscar un nuevo lugar para hacer dedo. No iba a tomar un taxi, ya que estaba muy cerca de la frontera. Tenía mucha confianza en que alguien me llevaría hasta ahí. Y así fue. Solo 10 minutos después paró un pequeño auto con tres personas a bordo. Casí no había espacio, pero como pude me subí con una mochila entre las piernas y la grande sobre mí. Los nuevos amigos iban a Jimbolia, última ciudad antes de la frontera.

Luego de presentarnos, la señora que iba junto a mí me dice que habla alemán, ya que trabaja en Austria. Nadie hablaba inglés así que nos fuimos hablando en alemán. Mi alemán no era el de los mejores, pero me hacía bien practicarlo para no perder lo poco que todavía recordaba.

haciendo dedo de Rumanía a Serbia
Aquí me dejó el primer auto. Yo iba para Jimbolia.

Todo iba bien hasta que me dicen que tengo que pagar algo por la gasolina. Me apresuré en decirles que no tenía dinero para gasolina, solo para comida y que todo el viaje lo había hecho sin pagar por el autostop. Que en Rumanía nadie me había pedido dinero. Después de un momento de tensión y risas nerviosas, la señora me dice que está todo bien, que su amigo (el chofer) había aceptado y que además me iban a llevar hasta la frontera. Vuelco con final feliz.

Al llegar me bajé en el estacionamiento con mis cosas y ellos dieron marcha atrás para retomar el camino a Jimbolia. Les agradecí mucho por haberse desviado de su camino.

Agarré mis mochilas y avancé por entre medio de los autos. Estaba listo para cruzar la frontera entre Rumanía y Serbia caminando. Era la segunda vez que lo hacía de esa forma (la primera había sido la frontera entre Macedonia del Norte y Bulgaría). Todas las otras las había cruzado en auto con gente que había parado mientras hacía autostop o en bus.

como cruzar la frontera entre rumania y serbia
No quise ser tan evidente al tomar la foto, ya que generalmente está prohibido hacerlo en los recintos fronterizos.

Apenas un par de autos y unas motos estaban esperando para cruzar. Cuando vi a dos señoras en bicicleta que también se pusieron a la fila, avancé más. Si ellas pasaban en bicicleta, por qué no podría hacerlo caminando.

Me acerqué y me pusé detrás de un auto que acababa de llegar. Ahí estaba parado con mis mochilas esperando mi turno para cruzar la frontera rumana detrás de autos, motos y un par de señoras en bicicleta. Si hubiera podido, habría tomado una foto de esa hermosa escena fronteriza. Me parecía muy gracioso.

A los pocos minutos se acercó una oficial para pedirme el pasaporte y me preguntó cómo había llegado hasta ahí. “Autostop” me apuré en responder. Me miró con cara de sorpresa y se fue con el pasaporte.

Cuando me tocó estar frente a la ventanilla de la caseta fronteriza otro oficial me preguntó lo mismo, cuál era mi destino y por donde había ingresado al país, ya que no encontraba el sello de entrada. Le respondí todo y le mostré la página del pasaporte donde estaba el timbre que necesitaba. Después de conversar en rumano con su colega, me pasaron el pasaporte y me desearon suerte. «Mulțumesc» (gracias), respondí presumiendo una de las pocas palabras que conocía en rumano.

Ya había salido de un país y ahora tenía que entrar al otro: tenía que cruzar la frontera de Serbia. Esta era la que más me preocupaba, ya que nunca había estado en Serbia y no sabía como era el trato con los viajeros. Caminé unos 20 metros por tierra de nadie hasta llegar a una barrera que bloqueaba el paso. No sabía por dónde pasar, ya que no había un camino para peatones. De pronto se levantó la barrera y la oficial que estaba del otro lado me hizo una seña para que me acercara a la ventanilla de la caseta de control.

cruzar la frontera entre rumania y serbia a dedo
Ya en Serbia dejando atrás la frontera.

Me saludó en serbio. Rápidamente le pasé mi pasaporte a modo de respuesta después de un “Good morning”. Lo miró y dijó: “Chile”, con un tono de sorpresa. Se dió vuelta y se puso a buscar unas carpetas. Al parecer no sabía cuáles eran los requisitos migratorios para chilenos y necesitaba confirmarlos. Revisó una y me sonrió, luego revisó otra y dijo “dobro, dobro” o algo así. “Dobro” significa «bien o buen» en español. Luego comenzó a hablar con un colega para después preguntarme cuál era mi destino y cómo iba a viajar. “Novi Sad y autostop” respondí ya con un tono más relajado. Después pasó el pasaporte por el lector y lo timbró. “Hvala” (gracias), le respondí al tomar el pasaporte y confirmar que tenía el timbre. Ya estaba oficialmente en Serbia.

Acababa de cruzar otra frontera más haciendo dedo, una a la que le tenía respeto, ya que pensaba que podían ponerme problemas por ir viajando a dedo. Incluso pensé que me podían pedir dinero y hasta en actitudes racistas, ya que la policía fronteriza de Serbia no tiene muy buena fama. Pero no, todo fue muy relajado y en buena onda. Estaba feliz.

Después de ese momento de alegría tenía que continuar con el viaje y seguir caminando. Casi no pasaban autos desde Rumanía para hacer dedo por lo cual decidí caminar hasta las afueras del pueblo de Srpska Crnja, primera ciudad serbia después de la frontera, para tener más chances. No iba a lograr mucho si me quedaba en ese lugar.

Como aún estaba con la adrenalina del paso de la frontera los primeros kilómetros fueron relajados, iba como flotando con las mochilas. Pero cuando me di cuenta que los pocos autos que pasaban no iban a parar y que iba a tener que seguir caminando me cambió el ánimo.

hacer dedo en serbia
Estaba lejos de Novi Sad.

Estaba solo. Eramos la carretera y yo caminando junto a los campos serbios. Ni la policía paró para preguntarme que hacía ahí. Cuando llevaba como una hora caminando comencé a cuestionar lo que estaba haciendo. ¿Valía la pena hacer todo este esfuerzo para viajar haciendo dedo? En realidad es una pregunta que siempre me hago cuando tengo que esperar o caminar con la mochila por mucho tiempo. Este cuestionamiento no dura mucho, ya que vuelvo a reencantarme rapidamente con lo que hago.

Después de caminar casi 11 kilómetros finalmente paró un camión que iba con destino a Zrenjanin, ciudad que estaba en el camino a Novi Sad. El chofer era un serbio ya mayor que no hablaba nada de inglés. Nos comunicamos como pudimos durante el viaje. Era simpático. De hecho cuando vió a unos policias hizo una seña con la mano como insinuando que no son muy queridos en la zona y que a veces paran solo para pedir dinero. Por suerte nadie nos paró en todo el viaje.

Una vez en Zrenjanin tuve que atravesar toda la ciudad para llegar hasta una gasolinera en la principal carretera a Novi Sad. Ya no quería caminar más, pero sabía que era lo último. Estaba muy cerca.

Haciendo autostop por Serbia en camión
Arriba del camión de Milovan.

Ya en la gasolinera me empecé a preocupar un poco, ya que nadie paraba y se estaba haciendo de noche. En Serbia había una hora menos que en Rumanía y el sol se ponía a eso de las 8 de la tarde.

De pronto, un chico que salía de la gasolinera hizo una seña para que me acercara. Le pregunté si iba a Novi Sad a lo que asintió para luego bajar y abrir la maleta del auto para mi mochila.

Mirko, el conductor, vivía en Zrenjanin, pero tenía que ir al dentista en Novi Sad para una consulta. Era muy simpático y sabía bastante de la zona. Nos fuimos conversando en inglés de Serbia, Novi Sad, Zrenjanin y nuestros viajes entre otros temas de los que alcanzamos a hablar en los 40 minutos que duró el viaje.

La consulta del dentista quedaba a un par de cuadras del centro, por lo cual lo acompañé hasta el estacionamiento. Cuando nos despedimos me ofreció dinero, pero le dije que no era necesario. Si bien siempre es bienvenida una ayuda económica, no había razón para recibirla. Con haberme llevado a Novi Sad y todos los datos que me había dado ya era más que suficiente. Le agradecí por el viaje y la buena onda y caminé hasta la plaza central.

hacer dedo en Serbia
Con Mirko ya en Novi Sad.

Cuando llegué a la plaza principal me senté frente a la catedral para conectarme a alguna señal de wifi y buscar donde dormir.

Mientras estaba en eso y al ver que aún era temprano y había gente vendiendo cosas en la calle, me animé y saqué las mias para ponerme a vender. Cuando estaba escribiendo el cartel con la información del viaje, una pareja que estaba sentada en la banca de al lado me preguntó que había escrito. Les mostré el cartel, les conté que estaba viajando y que recién había llegado a la ciudad. Después de cruzar un par de palabras se ofrecieron a ayudarme con el cartel. La chica tomó una hoja y se puso a escribir mientras conversabamos. Después de un rato me lo devolvió con unas frases en serbio y en inglés. Me contó que era mejor así, ya que no todos hablaban inglés en la ciudad.

autostop en novi sad serbia
Los amigos serbios buena onda que me ayudaron en la plaza.

Además me compraron una pulsera y me dieron algunas sugerencias para hacer en Novi Sad. Les pregunté si habría problemas con la policía, pero me aseguraron que no me molestarían. Luego de unos minutos de conversación me despedí, ya que quería intentar parchar (vender) un poco con mi hermoso nuevo cartel en serbio.

Me senté en una banca en el otro extremo y puse todo para vender. Luego de unos 40 minutos sin vender nada decidí ir a un hostal cercano que había encontrado.

Ya no era hora para trabajar, sino que para descansar.


De esta forma terminó mi viaje haciendo autostop entre Rumanía y Serbia, de Timisoara a Novi Sad. Fueron 8 horas haciendo dedo, un paso fronterizo, 4 vehículos (dos del lado rumano y dos del lado serbio), una caminata de más de 10 km y muy buenas personas que me ayudaron a llegar a destino.

Otro gran día haciendo dedo por Europa.

El mapa de Timisoara a Novi Sad haciendo autostop



Esta fue mi experiencia haciendo autostop y cruzando la frontera entre Rumanía y Serbia.

Espero que te haya gustado mi relato. Te recuerdo que puedes seguir mi viajes en Instagram (@enmodoviajero)

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Pato | En Modo Viajero

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