La playa de Gjipe fue todo un descubrimiento en mi viaje por la Riviera Albanesa, una zona repleta de bellas playas de agua turquesa junto al Mar Jónico, al sur de Albania.
Mis amigos albaneses me la recomendaron mucho en mi primera visita a Albania. Sin embargo, no la visité, ya que era invierno y no tenía sentido viajar hasta ahí sin poder disfrutar de la playa y de las cálidas aguas del mar.
Pero como me gustó tanto Albania volví en verano para visitar a mis amigos y viajar por algunas ciudades del centro y sur del país como Berat, Gjirokastër y Saranda.
Uno de los lugares que más quería conocer era la playa de Gjipe y en verano no iba a dejar pasar la oportunidad de visitarla. En las próximas líneas te cuento como fue mi aventura en esta linda playa y como puedes visitar la hermosa Playa de Gjipe.
Viaje a la playa de Gjipe en Albania
Para llegar a la playa de Gjipe hice dedo desde otra playa muy linda de la Riviera Albanesa, desde la playa de Borsh.
No podía ser de otra forma. Mi viaje por Albania fue parte de mi maravilloso viaje a dedo de un año por Europa y uno de los países donde mejor suerte tuve haciendo dedo.
Eran cerca de 32 kilómetros, alrededor de una hora en auto, pero me tomó un poco más de tiempo con la espera propia del autostop y la caminata que tuve que hacer desde la carretera donde me dejó el último auto hasta la playa.
Después de unos minutos esperando en la carretera, en las afueras de Borsh, paró un auto con dos personas aboro quienes me dejaron a mitad de camino muy cerca de Himara, la ciudad más grande que hay por la zona.
Esperé muy poco, ya que un señor en una camioneta paró tan solo unos minutos después. El conductor iba a Dhërmi, pero le pedí que me dejara en la carretera en el cruce donde comenzaba el camino que iba a la playa de Gjipe.
No tuvo ningún problema en hacerlo. Menos de media hora nos tomó llegar hasta el cruce. Después de despedirnos comencé la caminata final hacia la playa de Gjipe.
A pesar de que ninguna de las personas que paró hablaba mucho inglés y menos español, no tuve problemas para comunicarme con ellos. Señales de mano, mapa del celular, una que otra palabra en Albanés y mucha buena onda fue suficiente para entendernos durante el tiempo que viajamos por las rutas albanesas y sus hermosas vistas del océano.
Cuando comencé a caminar hacia la playa me detuve a los pocos metros. No fue por cansancio, sino que para contemplar el hermoso paisaje que me rodeaba.
Estaba atardeciendo y desde lo alto del camino se veía como todo alrededor comenzaba a cambiar de color. Los colores del atardecer, esos tonos rojizos que hipnotizan, comenzaron lentamente a tomar lugar en la Riviera Albanesa.
En el horizonte, se apreciaba como el cañon de Gjipe rompía con la continuidad de las montañas de la costa. Al final de ese pequeño valle que desembocaba en el mar, estaba la añorada y hermosa Playa de Gjipe. Ya quería llegar. Estaba muy cerca, pero todavía faltaba el último esfuerzo.
El camino de asfalto terminaba al llegar a un estacionamiento. Después comenzaba un camino de tierra que bordeaba la montaña hasta llegar a la playa. Tenía muchas rocas y desnivel. No era apto para vehículos, salvo para aquellos todo terrenos que quisiesen aventurarse y arriesgarse a pasar por esa ruta.
Como iba caminando y en bajada no fue problema para mí.
Quería llegar rapido a la playa, pero en el camino paré varias veces. El sol estaba hermoso y a punto de perderse más allá se las montañas y el mar. Se veía pequeño ante la inmensidad del océano y su poderoso brillo ya no tenía la misma fuerza de las horas previas.
Todavía no llegaba a la playa, pero estaba feliz por lo que estaba contemplando. La tarde estaba maravillosa y el paisaje era espectacular.
Junto al camino encontré algunos búnkers cubiertos por ramas y tierra, abandonados por el paso del tiempo entre las rocas del acantilado. Seguramente eran parte de los búnkers que fueron construidos durante el mandato de Enver Hoxha que nunca fueron ocupados. Ahora eran parte del paisaje de Gjipe y refugio para los animales que vivían en los alrededores.
Revisa la fascinante historia de los búnkeres de Albania. Te sorprenderá.
Justo antes de llegar a la playa paré por última vez para dimensionar donde me encontraba.
En la playa había una fogata y reposeras con quitasoles instalados frente al mar. También había personas caminando y carpas instaladas en diferentes partes. En el mar, muy cerca de la playa, había un velero y otro barco más pequeño.
Para ser honesto, no pensaba que encontraría tanto movimiento en una playa a la cual no es tan fácil llegar. Pero después me acordé que no solo se podía llegar por tierra, ya que hay también hay botes que salen desde Himara hasta la playa.
Además, era temporada de verano y la playa es bastante popular entre los albaneses. No iba a ser el lugar deshabitado que había imaginado.
Ya en la playa, dejé mis cosas cerca de una reposera y salí a caminar para explorar un poco más ¡Ya estaba en Gjipe!
Había un camping justo a la salida del cañon y un par de restaurantes que tampoco pensé encontrar en un lugar tan remoto como la playa de Gjipe. Bueno al parecer era más visitado de lo que imaginé y no era tan remoto.
La mayoría de la gente era albanesa. No encontré a nadie hablando en otro idioma más que el albanés.
La noche estaba tan agradable que ni siquiera armé la carpa. En realidad, no tenía carpa. No llevé. Tiré una toalla en la arena y ocupé mi mochila como almohada. No iba a ir al camping. Mi idea siempre fue dormir en la playa y así lo hice.
Apoyado en mi mochila y sentado frente al mar me quede disfrutando del ocaso antes que se oscureciera todo. Acá no había lámparas o alguna otra fuente de luz artificial. Nada.
El mar estaba calmo. Solo unas pequeñas olas que se levantaban de vez en cuando rompían la paz del lugar. Con la tranquilidad tan embriagadora que el mar transmite, bajo las estrellas que comenzaron a aparecer en esa hermosa noche en la playa de Gjipe y con la compañia de un pedacito de luna que apareció, me dormí.
Por la mañana desperté en el paraíso.
Las aguas cristalinas del mar Jónico, de tonos azulados y turquesas, los primeros rayos de sol y la arena blanca que se escurría entre mis dedos me hicieron respirar profundo y decir: «wow qué hermoso lugar en el que estoy».
Tomé desayuno y después salté al agua ¡Hacía mucho calor!
Pasé todo el día disfrutando de la playa de este paradisíaco rincón albanés.
Por la tarde me acerqué a un puesto que pertenecía a uno de los restaurantes que estaba cerca. Compré un par de cosas y aproveché de conversar con el chico que atendía. Mientras hablabamos se acercaron otras personas que trabajaban en el restaurante a quienes incluso les vendí algunas de mis pulseras.
Todos eran muy simpáticos. También me dejaron cargar el telefono mientras conversabamos acerca de Albania y del viaje que estaba haciendo.
Luego volví al lugar donde tenía mis cosas. Desde ahí caminaba un par de metros y ya estaba en el agua. Luego volvía para tomar sol. Así pasé el resto de la tarde. Muy relax.
Al atardecer aparecieron un par de fogatas en la playa. Eran principalmente familias albanesas que estaban disfrutando el fin de semana y las vacaciones de verano. Todo muy tranquilo. No había música fuerte ni fiesta descontrolada.
Cuando el sol ya se había escondido, salí a caminar por la playa para disfrutar de las distintas vistas del atardecer, de los colores y de la traquilidad del mar. Luego volví a mi rinconcito, me acomodé y no me paré más por un largo rato.
Hipnotizado por la belleza del atardecer en la playa de Gjipe me quedé recapitulando lo que había sido, hasta ese minuto, el viaje a dedo por Albania.
Luego me dormí. Otra noche más bajo las estrellas acampando en la playa de Gjipe.
Al día siguiente, desde temprano ya estaba en el agua. Eran las últimas horas en este paraíso albanés, ya que tenía que preparar la mochila para continuar el viaje y no quería salir tan tarde.
Mi destino era Tirana, que estaba a más de 200 KM de distancia y calculaba que me iba a tomar varias horas en completar el viaje.
Antes de partir me tomé un café donde los amigos que conocí el día anterior y aproveché de despedirme de ellos.
Cuando terminaba el café ví que una de las pocas camionetas que había en la playa estaba preparádose para subir. Me acerqué rápido para preguntar si me podían llevar, al menos, hasta el estacionamiento. No quería subir con el peso de la mochila bajo el sol por ese campo minado. Bajar fue fácil, pero subir era otra cosa y quería evitarlo.
Me dijeron que sí, pero que no iba a ir solo en el pick up de la camioneta.
No entendí mucho al principio, pero cuando vi que se subieron dos perros primero, me quedó claro. Me dijeron que eran tranquilos, que no me preocupara. Me subí sin pensarlo mucho, ya que no tenía otra opció. Tenía que confiar.
Los perros iban atados y eran muy mansos. Ni siquiera me miraron cuando me subí.
La viaje fue corto, pero tormentoso. El camino estaba en muy malas condiciones y la camioneta se movía para todos lados. Como podía me afirmaba para no salir volando y trataba de no golpearme la espalda con los saltos que daba la camioneta. Nunca pude acomodarme bien.
Al llegar al estacionamiento me bajé y caminé lo que quedaba hasta la carretera para comenzar el viaje a Tirana, la interesante capital de Albania, mi siguiente parada del viaje.
Del viaje haciendo dedo a Tirana te cuento otro día.
De la misma forma en la que llegué, haciendo dedo, terminó mi aventura en la playa de Gjipe un lugar maravilloso de la Riviera Albanesa del que siempre guardaré muy gratos recuerdos.
Información práctica para visitar la Playa de Gjipe
Acá te dejo algunos datos e información práctica que te pueden interesar para tu viaje a Gjipe.
Dónde queda la playa de Gjipe
La playa y el cañon de Gjipe están ubicados en la denominada Rivera Albanesa. La ciudad cercana más grande es Himara.
Cómo llegar a la playa de Gjipe
La autopista SH8 es la que pasa por la playa de Gjipe. Es la única carretera que recorre la Riviera Albanesa que va desde Fier hasta Sarandë.
Debes tomar esta carretera desde el sur o el norte y doblar en el cruce donde inicia el camino a la playa de Gjipe. Llegarás a un estacionamiento en el que tendrás que dejar el auto para luego bajar caminando. No recomiendo bajar con el auto hasta la playa, ya que el camino no es de los mejores. Por lo mismo toma todo lo que necesites para los días que vas a estar en el lugar, ya que subir y bajar te tomará tiempo..
Otra opción es tomar alguno de los botes que salen de Himara que hacen el viaje hasta la playa.
También puedes intentar hacer dedo como lo hice yo. En Albania funciona muy bien.
Dónde se puede dormir en Gjipe
Hay un camping que abre en temporada alta con algunos servicios para los visitantes.
También puedes hacer camping al aire libre como en mi caso. El «free o wild camping» es muy practicado en Albania. Yo dormí dos noches en la playa y no tuve problemas.
Dónde puedo comer
En Gjipe no hay supermercado, pero si hay un par de restaurantes donde puedes comprar comida y bebidas. Te sugiero que traigas suficiente comida y agua si es que no quieres gastar mucho.
Albania todavía es un «país barato» dentro del circuito turístico europeo, por lo cual si quieres comer algo de alguno de los restaurantes, es muy probable que los precios no sean muy altos.
Se puede pagar con tarjetas
Te recomiendo que lleves efectivo. Si bien ahora se puede pagar con transferencias, siempre es bueno andar con dinero en efectivo. Ten presente que visitarás un lugar que no cuenta con instalaciones y suministro permanente de electricidad.
Cuánto cobran en el estacionamiento de Gjipe
Esto no lo puedo responder, ya que como te habrás dado cuenta no lo utilicé. Sin embargo, ve preparado para ese cobro, más aún si vas en verano.
Como opción alternativa, puedes estacionar a lo largo del camino, un poco antes de llegar al estacionamiento, y luego caminar.
Cuál es la mejor época del año para conocer la playa y el cañon de Gjipe
Si te gusta la playa y el sol los meses de verano y primavera son la mejor época para visitar la playa De Gjipe. Los meses de agosto y septiembre como también mayo o junio pueden ser una buena opción, ya que el clima es bastante bueno y son meses de temporada baja. Además, te sugiero que visites la playa en días de semana, ya que el fin de semana es cuando más personas la visitan.
En los meses de vacaciones, julio principalmente, es muy probable que te encuentres con muchos turistas en la playa y puede no ser tan cómodo y agradable.
La temporada de otoño e invierno tiene otros atractivos. Tal vez puedes ir a caminar por los senderos que rodean el cañon y las montañas de la costa.
Quedarse a acampar no lo recomendaría mucho, sobre todo considerando las lluvias que activan el cañon y que desembocan en la playa. Además, es muy probable que no encuentres ningún tipo de servicios en el lugar por ser temporada baja.
Se un viajero responsable y cuida el entorno natural de la playa
Trata de minimizar el impacto en el entorno natural de la playa.
Llevate la basura y no dejes nada tirado. El lugar es hermoso y ojalá que siga así por muchos años más.
Lamentablemente en Albania no hay todavía mucha conciencia con el cuidado del medio ambiente y es muy seguro que encuentres basura tirada en muchos lugares en los que no debería haber desechos. Al menos eso fue lo que vi en mi viaje hace algunos años atrás. Ojalá ahora haya cambiado ese panorama.
Además, estos últimos años Albania se ha transformado en un polo turístico muy apetecido en Europa, gracias a sus destinos poco visitados, naturaleza poco explorada y buenos precios, por lo cual el turismo masivo se ha incrementado. Por lo mismo hay que ser responsable en las acciones que hacemos mientras viajamos. Hay que cuidar los lugares que visitamos por nosotros y sobre todo por las personas que viven en ellos.
Gracias por visitar esta entrada sobre esta linda playa de Albania. Espero que hayas conseguido la información que necesitabas para visitar la hermosa playa de Gjipe.
Si tienes alguna duda te espero en los comentarios o en mi instagram donde comparto cosas de los lugares que visito.
Nos vemos en la ruta. Un abrazo.
Pato | En Modo Viajero
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