«Paris la ciudad del amor», «Paris la Ciudad de la Luz», «Paris la ciudad de la moda», Son muchos los nombres con los que ha sido bautizada la capital de Francia, y yo me atrevería a sumar uno más: «Paris la ciudad de los turistas».
Lo tenía que decir porque fue algo que me chocó un poco a la hora de recorrer la ciudad. Es la descripción de la realidad: en Paris hay muchos turistas.
Mi visita a Paris se dió de forma casual. La verdad que la capital francesa no estaba en el top de mi lista de ciudades a visitar. Lo que me pasa con este tipo de ciudades es que siento que ya he estado en ellas, que ya he visto demasiado a través de la televisión y los medios, y por ende, que ya no es necesario que las visite. Es una sensación que me pasa también con Estados Unidos.
Sin embargo, por esas cosas mágicas que pasan al viajar, mi host en Lyon se mudó a Paris a estudiar por unos meses y me dejó invitado para visitarla en su nueva ciudad.
Este es el post sobre mi visita a Lyon, lugar donde hice Couchsurfing y conocí a la amiga viajera que sería mi host también en París.
Pasaron casi 9 meses desde su invitación hasta que finalmente me animé a viajar. Paris es una ciudad cara, de las más caras que he visitado y tener un lugar donde llegar, sin duda, fue una gran ayuda para mi presupuesto mochilero ¡Larga vida a los amigos viajeros!
Un fin de semana de marzo cuándo los días comenzaban a ser más largos y la primavera poco a poco se abría paso entre los fríos días del invierno europeo, preparé una pequeña mochila y fui a visitar a mi amiga y de paso conocer Paris, la ciudad de la Torre Eiffel, la Mona Lisa, el río Sena, la Catedral de Notre-Dame, los candados del amor y tantos otros atractivos que hacen de Paris una de las ciudades más visitadas del mundo.
Qué ver en París
Este post se llama «Callejeando por Paris«, ya que, literal, dejé los pies en la calle. Durante el tiempo que mi amiga tuvo que trabajar, yo devoraba la ciudad de la forma que más me gusta: «caminando».
No me interesa hablar de la historia de París, ni la de Francia, tampoco de cómo llegar a la ciudad o donde comer barato. En este post encontrarás fotografías de los lugares que recorrí y llamaron mi atención durante mi estadía en la ciudad. Si te gusta alguno de ellos , no dudes en incluirlo en las cosas que ver en París durante tu viaje.
Mi amiga no era de Paris, pero a pesar de eso conocía bastante la ciudad y me recomendó algunos lugares a visitar. Uno de ellos fue la pintoresca «Rue Crémieux». Una pequeña calle adoquinada rodeada de coloridas fachadas. Es una calle muy linda. En ese tiempo (2016) no había mucha gente por la zona, situación que aparentemente ha cambiado con los años, ya que los residentes del lugar quieren que la calle se cierre solo para ellos debido a las molestias que el incremento de turistas ha provocado en su calidad de vida.
Lo que me gustó de Paris es que se pueden ver muchos artistas callejeros, principalmente lo que más vi fueron músicos en solitario y orquestas de jovenes músicos apostados junto a los principales lugares turísticos de la ciudad como el Ponts des Arts (Puente de las Artes) o Los Campos Elíseos (Les Champs-Élysées).
El Pont des Arts fue conocido por mucho tiempo como el «Puente de los Candados del amor», debido a los miles de candados que las parejas dejaban en el como señal de su amor. Esta situación cambió hace algunos años, ya que los candados fueron removidos e instalados en una pequeña plaza sobre uno de los pilares del Pont Neuf (Puente Nuevo).
Ya que mencioné los puentes, no puedo dejar de poner algunas fotos de ellos. Caminé mucho a lo largo del río Sena y pude disfrutar de los bellos puentes que hay a lo largo del principal cauce de la ciudad. Los hay de todos los tipos: solo para peatones, para autos y personas, de madera, de piedra, con estatuas, etc. Se me ocurre un nuevo nombre para la ciudad: «Paris la ciudad de los puentes».
Sin duda vale mucho la pena dar una vuelta por el Sena y ver como la ciudad gira en torno al río. Entre la Catedral de Notre-Dame y la Torre Eiffel hay al menos 10 puentes para conocer.
Por el barrio donde me estaba quedando también sali a caminar. Era un barrio muy bien localizado, yo diría en el centro de Paris. Por la zona había mucho comercio, teatros, restaurantes, bares y monumentos como la Puerta de San Denis (Porte Saint-Denis) y la Puerta de San Martin (Porte Saint Martin). También estaba muy cerca de la Plaza de la República (Place de la République) y su gran estatua de Marianne (personificación de la república de Francia) en el centro. Me pareció un barrio con pocos turistas, aunque con mucho movimiento.
Paris es una ciudad para caminar. Es una ciudad bonita. No vale la pena perder su linda arquitectura, sus callecitas adoquinadas y lindas fachadas arriba de un bus turístico o recorriendola en metro. Tenía tiempo y caminé mucho, pero tengo claro que no todos pueden hacerlo, ya sea porque no se dispone del tiempo o sencillamente no les gusta caminar. Lo mejor de todo, es que eres libre y puedes decidir y organizar tu viaje de la manera que más te acomode.
La mía siempre será caminar.
Tengo que reconocer que lo mio no es el arte, ni los museos. No me gustan. Prefiero mirar el arte de la calle o conversar con la gente local para que me cuenten su propia historia.
Pero estaba en Paris y no podía saltarme el museo de de arte más grande del mundo, al menos tenía que pasar por fuera. Así fue como me fui a dar una vuelta por las afuera del Museo del Louvre, símbolo del arte y de la ciudad.
La gran Piramide del Louvre llama mucho la atención. Su estructura de metal y vidrio contrasta con la majestuosa arquitectura de los edificios que componen el Palacio del Louvre, lugar que alberga al famoso museo.
Eramos muchos los que estabamos paseando por afuera. Algunos intentando capturar la mejor foto posible para subir a las redes y guardar como recuerdo.
Callejeando encontré algunos murales, grafitis e intervenciones astísticas en las fachadas de los edificios de la ciudad. Me gusta mucho cuando conviven el arte callejero con la arquitectura convencional de las ciudades. Lamentablemente nuestras ciudades se estan volviendo cada vez más grises y faltos de color. El asfalto le esta quitando espacio a los parques y al color que la naturaleza nos entrega.
Agradezco cuando entre entre el paisaje urbano aparecen este tipo de intervenciones artísticas.
Los jardínes y los grandes monumentos también se repiten al recorrer el centro de París. Al conocerlos de cerca se logra apreciar la razón por la que han inspirado a tantas personas en el mundo. Son hermosos.
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Uno de los días me fui a la basílica del Sagrado Corazón al barrio de Montmartre. Quería ver la ciudad desde las alturas, por eso fui hasta la colina donde estaba ubicada.
Ya en el camino descubrí que no era el único con esa idea, ya que las calles cercanas estaban repletas de turistas.
Así espera la gente para ver el atardecer a los pies de la basílica del Sagrado Corazón.
Era una linda vista, pero había mucha gente y no quise quedarme. Después de entrar a la basílica seguí caminando por el barrio.
Caminar por los Campos Elíseos (Les Champs-Élysées) hasta el Arco del Triunfo es casi como una peregrinación obligada después de pasar por el Museo del Louvre. Decenas son las personas que hacen esta ruta casi como por inercia. Están muy cerca y se puede hacer tranquilamente caminando.
Me impresionó la cantidad de autos y buses que transitan la avenida. La rotonda que se forma al llegar al arco es un caos. Hay que tener paciencia y ser muy cuidadoso al manejar por la avenida. Me estresaría pensar el solo hecho de tener que pasar por ahí.
También me fui a dar una vuelta por la Catedral de Notre-Dame.
Desde la mayoría de los lugares que caminé, de alguna forma u otra, siempre pude ver la figura de la omnipresente Torre Eiffel.
Entre medio de los edificios, desde el Sagrado Corazón, las Galerías Lafayette o caminando por una calle cualquiera. Es como si te siguiera queriendo dejar claro que la ella es la que reina en la ciudad.
Hasta en los días nubosos y a pesar de la distancia, igual se deja ver. Esta en todas partes.
Fueron tantas veces que la vi a lo lejos hasta que finalmente me acerque a verla de cerca. Estuve a sus pies y frente a ella para observarla en todo su esplendor. Por la mañana, por la tarde y al atardecer la Torre Eiffel impresiona a todos los que se acercan a contemplarla. Fue tal mi impresión que fui dos veces a pasear por sus alrededores. La vista desde la plaza del Trocadero al atardecer es fantástica.
Y por la noche, aunque suene contradictorio, brilla aún más. Apenas se empieza a poner el sol, comienzan a encenderse los miles de focos que la visten de pies a cabeza en un juego de luces que no deja a nadie indiferente.
Momento ideal para despedirse de la ciudad Au revoir Paris!
Qué ver en París: información práctica
Acá te dejo algunos links que te pueden servir en tu viaje a París.
- Entradas para el Museo del Louvre
- Entradas para la Torre Eiffel
- Entradas para subir al Arco del Triunfo
- Paris City Card
- Horarios basílica del Sagrado Corazón