No pensaba quedarme tantos días en Sibiu. Iba por un par, pero al final me quede cinco. Me hubiese quedado un par más, pero si lo hacía sentía que no me iba a ir nunca. Por eso preparé mi mochila y un sábado por la mañana comencé mi viaje haciendo autostop de Sibiu a Timisoara, ciudad del oeste de Rumanía.
Autostop desde Sibiu: inicio del viaje
Sibiu es una ciudad pequeña por lo cual salir de la zona urbana no fue problema. Caminé como 15 minutos hasta un punto en la carretera que iba hacia el aeropuerto. Supuse que era un buen lugar para pedir ride (un viaje, que alguien pare), ya que habría mucho tráfico y además ese camino conectaba con la carretera principal que iba a Timisoara.
Me ubiqué entre la salida de un hotel y una parada de bus. Había suficiente espacio para que cualquier tipo de vehículo parara, incluso camiones. El día estaba perfecto para hacer autostop. Medio nuboso, un poco ventoso y con la temperatura precisa para no derretirse parado bajo el sol mientras el tiempo pasa y los autos no paran.
Acomodé las mochilas, tomé mi cartel y levanté el poderoso pulgar de mi mano derecha, ese que me ha llevado a viajar varios cientos de kilómetros. El destino inicial es “Deva” una ciudad a medio camino entre Sibiu y Timisoara. No puse Timisoara desde el principio, ya que la probabilidad de que alguien viaje directo hasta allá es muy baja, por eso había que acortar camino o acercarse de apoco con alguna ciudad cercana.
Y comencé a esperar. Hasta ese momento la espera promedio en Rumanía era de 30 minutos, un muy buen tiempo en mi opinión para hacer autostop. ¡Esta vez fue menor aún! ya que solo 20 minutos después de levantar «mi poderoso pulgar», paró un auto con una pareja a bordo.
Como siempre hago cuando alguien para, me acerqué rápido para preguntar para donde iban y confirmar si podía ir con ellos.
Después de dejar todo claro, puse la mochila en la maleta y me subí en la parte de atrás. No iban para Deva, menos para Timisoara, sino que para Sebeș, ciudad a unos 65 km de Sibiu. Como estaba junto a la carretera que va a Timisoara me subí igual.
La pareja era de Sibiu, pero iban a visitar a la familia en Sebeș . Eran muy buena onda. Nos fuimos conversando de los viajes que habíamos hecho, de Rumania y de Chile, de lo que hacía cada uno, entre otros temas. El viaje fue muy agradable. Nos fuimos hablando en inglés.
En Sebeș me dejaron en el centro de la ciudad, muy pequeña por cierto, en el camino que conectaba con la carretera principal, la “A1”. No quise bajar antes, ya que no vi un buen lugar como para seguir con el autostop.
Caminé unos 300 metros hasta llegar a una gasolinera y retomar el viaje. El lugar era ideal. Lo preocupante era que no había mucho tráfico. Era preocupante, pero yo no estaba preocupado porque aún era temprano y estaba confiado en conseguir un ride rápido. No sé, algo me decia que sería un buen día.
Y nuevamente a esperar. Pocos autos pasaban. Algunos miraban en buena onda y me saludaban, otros me miraban desconfiados (no sé porque), y otros pasaban evitando cualquier contacto visual, como si no existiera aunque de reojo, notaba que me miraban.
No hacía calor. El clima estaba igual que en Sibiu, para mi suerte. Muy agradable.
Segundo ride: directo a Timisoara
Cuando estaba concentrado mirando a los autos que pasaban, tratando de hacer contacto visual y causar una buena impresión, siento un bocinazo que viene desde la gasolinera. Me doy vuelta para ver qué pasaba y en eso veo a un tipo haciendo señas para que me acerque. Agarré mis cosas y me acerqué para conversar con él. Me preguntó para donde voy y de donde soy. Le respondí con calma y pregunté si va para Deva o para Timisoara a lo que respondió que va en esa dirección y que me suba.
Otra vez solo 30 minutos de espera. Mi intuición no me falló (esta vez).
Apenas me subo nos presentamos y comenzamos a conversar. Me dice que es de Sebeș, pero que vive en Alemania, en Munich, por trabajo. Que va de vuelta a Alemania después de haber pasado unos días visitando a la familia. Ya lleva varios años viviendo en Munich, por lo cual hablaba alemán, así que nos fuimos conversando en alemán e inglés. Fue muy bueno, ya que pude practicar mi alemán, aunque lo siento cada vez más debil.
El tipo era muy buen onda y estaba enamorado de Rumania. Me recomendó lugares para visitar, comida y además cosas para hacer en Timisoara, ya que había vivido ahí por algunos años. También me contó que no le gustaba vivir en Alemania y que esperaba volver pronto a Rumania. No se sentía a gusto viviendo en Munich. No había tenido buenas experiencias ahí, no le gustaba el trato de las personas.
Él ya vivía hace un tiempo en la ciudad y hablaba el idioma, pero a pesar de eso siempre lo hacían sentir como un extranjero. No se sentía integrado y eso lo hacía añorar volver a vivir en su país.
Rumania en cambio era el lugar ideal, un lugar donde se podían hacer más cosas y no estaba todo tan regulado. Un lugar con mayor libertad.
“Si no consigues que nadie pare y quieres dormir, aquí junto a la carretera, lo puedes hacer. Nadie te va a molestar y la policía tampoco”. Me dijo mientras viajábamos por la linda carretera en medio de las montañas rumanas.
El tenía que pasar por Hungría, pero al contarle que mi destino era Timisoara, cambió la ruta para llevarme hasta ahí. No podía estar más feliz y agradecido.
Fueron más de 2 horas de viaje que se pasaron volando por el lindo paisaje en gran parte del camino y por la buena conversación.
Hasta que llegué a Timisoara. Iulian (ese era el nombre del rumano buena onda que me llevó), me dejó en el centro de la ciudad, justo al lado de la fuente de Los Puntos Cardinales, una gran fuente de agua que esta apenas a unos 100 metros de distancia del centro histórico de la ciudad. Mejor imposible.
Nos despedimos en muy buena onda. Él dio media vuelta, ya que tenía que continuar el viaje a Alemania y aún le faltaban varias horas en la ruta.
Como dijo que estaba cerca del centro, caminé lo que faltaba hasta una linda plaza rodeada de edificios de fachadas coloridas y de bella arquitectura. Apenas eran las cuatro de la tarde. No podía creer lo rápido que había llegado. Eran casi 270 km que no esperaba completar antes de las 6 de la tarde.
Solo dos autos, solo 3 buenas personas que confiaron y no tuvieron miedo al verme pidiendo ride y me levantaron, fueron suficientes para llegar a destino, en el viaje más rápido, si la memoria no me falla, que he hecho haciendo autostop por Europa.
En esta bella plaza, la Plaza de la Unificación (Piata Uniiri), di por finalizado el viaje de más de 270 km, comiendo un sándwich con salami que una persona me regaló cuando estaba tomándome fotos en medio de la plaza.
Parece que leyó mi mente, ya que a esa altura del día lo único que me mantenía en pie era el desayuno. Otra buena persona se había cruzado en mi camino, al igual que durante todo el día.
Autostop de Sibiu a Timisoara: el video
Este es el resumen del viaje haciendo autostop entre Sibiu y Timisoara. Los invito a revisar los otros videos que tengo de viajes y de lugares que he conocido. Si se suscriben me ayudan mucho.
Mapa autostop Sibiu – Timisoara
Esta fue mi experiencia haciendo autostop entre Sibiu y Timisoara en Rumania. De las mejores experiencias hasta ahora, no solo por lo rápido que fue, sino que también por las personas que me ayudaron en el viaje. Eso me parece que es aún más importante.
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Pato | En Modo Viajero